Para los niños hoy se constituyó en una experiencia inolvidable. Iniciamos con el trabajo de las emociones, para lo cual fijé en el tablero las imágenes y después de una introducción con ellos sobre aquellas situaciones que despertaban en nosotros distintas sensaciones y escuchar sus interesantes y asertivas respuestas, hicimos el ejercicio en el tablero, donde a partir de algunas situaciones que les leía, identificaban la sensación que ésta despertaba según lo que representaba los rostros en el tablero. Les encantó la actividad por lo que su orden y participación fue excelente. Podemos ver algunas evidencias de éste trabajo:
Una vez terminamos esta actividad, fuimos a nuestra salida de campo, (la semana anterior no se pudo realizar porque estaba lloviendo mucho) donde aprenderían a manejar una cámara y a tomar fotos. Fue increíble para ellos esta experiencia. Todos querían tomar fotos y luego verlas. Cómo dicen, una imagen habla más que mil palabras, veamos:
Todas las fotos fueron tomadas por los niñosLa excitación al llegar al salón era evidente. Empezaron a contarle a la profesora lo que habían aprendido: tomar fotos, pues "la profesora Ullenid les había prestado la cámara y les había enseñado a tomarlas" y además habían aprendido mucho sobre la naturaleza. Aproveché esta ocasión para que situaran su "monstruo" dentro de esa foto. ¿Qué podría hacer él ahí", ¿Qué tipo de comida encontraría? ¿Qué tipo de ropa necesitaría? Sus respuestas estuvieron revestidas de una gran originalidad.
La seriedad con la que asumieron esta actividad se puede apreciar aquí:
Evaluación: Fue una actividad muy productiva, donde el entusiasmo de los niños entró a hacerla inolvidable. Sólo al final reclamaron ir a los computadores, porque querían dibujar las fotos. Les dije que eso lo haríamos la próxima semana, lo que logró calmarlos. Debo agradecer a dos madres de familia que acompañaron esta actividad y contribuyeron a su éxito.
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